Dibujo de Pepi Sánchez.
Nunca piensas que llegará el día en el que tengas que decir que un amigo ha fallecido. Hablamos de la muerte siempre con distancias lo más alargadas posibles. Intento buscar las palabras adecuadas como si eso fuese posible, se me ocurre que para que esas musas que a Antonio le rondaban me susurren algo, solo puedo conseguirlo escuchando música como a él tanto le gustaba. Veo ahora a un Antonio con sus inseparables cascos, a dúo con Mari Trini: "Ahora ya sé donde te escondes tú, ahora ya sé donde habitas tú..." O con Mª Dolores Pradera: "...La veredita sonríe cuando tu pie la acaricia..." Lo observo como mira con ternura a su Juani, a su Toño, a su Cristi, a su Mari. Le veo dando sus primeros pasos como ese niño que intenta mantener el equilibrio fuera de los abrazos de su madre o en el sofá arrebujado bajo su manta de un azul oscuro, como capote para lidiar esa enfermedad a la que él nunca temió. Porque lo cierto es que desde el principio supo darle esquinazo, jugaba al despiste con ella, ¿quién siega sonrisas donde solo crecen zarzas?
Le miro desde esa ventanita que va montando la nostalgia porque se nos fue ayer y ya lo echo de menos.
Y sin embargo también siento que no se ha ido, no lo creo. Nos has vuelto a engañar Antonio, has cambiado los cables del hospital por estrofas, la psoriasis por campos que puguean de cereal, si ahora llueve con tal asiduidad es porque quieres atenuar las lágrimas de los que te queremos, hoy te das un festín en toda regla pues ya no eres celíaco, hoy corres como potro descalzo por los caminos que cruzan el Estrecho de las Torres.
A partir de ahora volverás a calzar las albarcas que te regaló tu padre y escucha, sé que caminas con ellas por Los Ardales, porque uno debe volver al lugar donde ha sido feliz.
Tu familia, tus amigos, se unen para regresarte en cada uno de esos momentos en los que compartiste tu enorme corazón.
Tu batalla está ganada, has conseguido con tu lucha que otros se levanten y se embriaguen de esperanza.
"Mi apreciado Antonio,
mentira se me figura,
se me encoge el corazón
de ver como nos has dejado,
yo te recuerdo en tu blog.
Ha sido un no parar
de hospital en hospital,
una lucha constante
que jamás podré olvidar.
Siempre te preguntaban:
"Antonio, ¿cómo vas?"
Tu respuesta siempre: "Bien"
pero por dentro
la procesión llevabas.
Animando a tu familia
y siempre con buen humor
y cuando menos esperaban,
escribías en tu blog.
Sé que con tu madre estás,
a la que tanto añorabas,
ya con ella estás en el cielo
en un lugar preferido
al que ella te guardaba.
Tu familia aquí te llora,
con mucha razón,
han perdido a su esposo,
un padre, buen amigo,
te llevarán en el corazón.
Has luchado junto a tu familia
la maldita enfermedad
y todos sufriendo contigo
por no poderte hacer "na"
Ya me despido
con mis humildes palabras,
no soy muy buena escritora
pero me salen del alma.
Para esta buena persona
siempre en mi pensamiento,
jamás te olvidaré
por tan largo sufrimiento.
Me quedo con tus poemas,
me quedo con tus recuerdos,
nunca los olvidaré
y esos abrazos sinceros.
Algo nos ha unido
cuando en mi cumpleaños
tu funeral ha sido.
Siempre en nuestro corazón
te llevaremos todos los días,
mi amigo Antonio Maldonado García.
Tus amigos para siempre,
que Dios te bendiga,
Francisca Garrido y
Juan Antonio Valle García"
1 de diciembre 2018.
Hermosas palabras para despedir a un amigo. Un abrazo para todos los que le conocieron en especial para su familia y amigos. Cuando el cuerpo termina su viaje, el espíritus levanta el vuelo.
ResponderEliminarAntonio te echaremos de menos,nunca antes una persona había llegado tan lejos con un blog,nunca había calado tanto en los corazones de los que enferman,un abrazo a sus familiares.
ResponderEliminarDecía S.Agustín, que aquellos que nos han dejado, no están ausentes, si no invisibles.Tienen sus ojos, llenos de gloria, fijos en los nuestros, llenos de lágrimas.
ResponderEliminarSe fue Antonio, se nos adelantó, luchó como el valiente que era, pero el destino, que siempre juega con ventaja, le ganó la partida.
Ahora solo queda esperar que el tiempo haga lo suyo, y traiga la paz, porque mientras le recordemos, su marcha solo habrá sido en cuerpo, su espíritu seguirá viviendo en el recuerdo de toda esta gente que le ha seguido le ha acompañado en su lucha y le ha querido.
Seguirá estando en cada amanecer, encada poema, en cada canción.
Se ha ido con la mochila cargada de buenas acciones,de tesón de amor a su familia de bondad, en definitiva, de cosas ,que no le pesan sino que que le habrán dado alas para ir donde el elija ir.
Por mi parte, estoy muy contenta de haber coincidido con alguien así, en esta vida.
Su sonrisa, será mi mejor recuerdo.
Mi mas sentido pesame a su familia, no tengo palabras para poder decir lo que siento pues cuantas veces he abierto el ordenador para ver lo que escribia este gran hombre al que nunca conoci aunque pienso ahora que si, pues sus poemas hablaban de el, un hombre bueno y luchador, de verdad lo siento mucho, un ultimo abrazo de su amigo Elias.
ResponderEliminarAmigo Antonio: desde aquí quiero unirme a todas estas personas que te quieren y que te dedican tan hermosas y merecidas palabras, tanto en verso como en prosa. Eres un ejemplo de lucha y de valentía para todos los que seguimos este blog, donde quedan reflejadas las vivencias de una vida plena de batallas y de afectos. La poesía y la pasión por la vida te acompañan en este viaje que has emprendido convirtiendo tu destino en un lugar mejor, porque llegas con los brazos abiertos, sin lastres, nada más que con tu simpatía y tu bondad. Quiero ir al castillo de Montizón, organizar una excursión con todos los que te quieren y pasear los caminos que lo rodean a la sombra de tu recuerdo, (ya sabes que lo hablábamos cada vez que te visitábamos), y conocer así mejor algunos de los lugares más bonitos de tu pueblo, al que tanto querías. También quiero visitar la bonita iglesia de San Andrés, otro de sus lugares emblemáticos. Para llegar a ella, no dudaremos en pasar por la plaza del Ayuntamiento, que nos transmitirá el presagio de las fiestas de San Miguel, que tanto te gustan. Por último solo decirte que ha sido un placer conocerte, y que, amigo mío, me has enseñado muchas cosas, entre ellas, a no desfallecer, a seguir la lucha con la vida y a disfrutar como un niño de 51 años de los pequeños y felices momentos que vivimos al lado de nuestros seres queridos. Un abrazo muy fuerte, Antonio, y que te vaya bonito, como cantaba la gran María Dolores Pradera, una de tus cantantes y de mis cantantes favoritas.
ResponderEliminarLos que te conocimos siempre recordaremos tu valentía frente a la adversidad y tu sonrisa clara que nos llenaba de luz. En tu gesto siempre existía afabilidad y empatía y hablabas con la ingenuidad de un niño que empieza a descubrir la vida. Siempre tenías la ilusión y las ganas de luchar, dando ejemplo a los demás con tu coraje y tu fuerza interior. Hoy te escribo estas líneas recordando los momentos que pasamos junto a ti y tu maravillosa familia para decirte que siempre te recordaremos como el hombre sencillo y bondadoso que eras en esta frágil línea que separa nuestros dos mundos. Hoy me gustaría que llegara hasta ti este recordatorio en forma de abrazo para agradecerte la bella amistad que nos brindaste.¡Hasta siempre, Antonio!
ResponderEliminarAyer cuando estuve en tu casa sentí que ya no estabas allí, que por fin habías podido salir sin ayuda, quizás una vuelta por el Coso, una escapada a Montizón, un deambular por las calles casi desiertas, un paseo por el verde campo que atrapa las huellas entre los filamentos de esa hierba que antes no podías ni tan siquiera pisar. Ahora el sol te da de lleno, te has quitado el sombrero y atrapas el aire a pulmón lleno. No necesitas más oxígeno que el de cada anhelo de los que te recuerdan. Tu familia llora con el desconsuelo de no verte cada mañana, porque cada día que le ganaste a la enfermedad fue un regalo, el mejor de los regalos, te acogieron como a un niño recién nacido y "entre pañales" y entre caricias te fueron libando. Tú que fuiste su alimento, aún sigues por esta tierra tan enorme y expléndida como tu corazón. Pienso y presiento que en cualquier momento nos cruzaremos las miradas, en sueños o en la realidad de una plaza donde agostan sus horas las personas que se sienten por fin liberadas de una gran carga. Vuela lejos pero también regresa a los abrazos de tu Juani, a los de tus hijos. Infúndeles ese ánimo que tú siempre derrochaste. Gracias amigo por las horas compartidas. Un abrazo.
ResponderEliminarAmigo Antonio, el apóstol San Pablo le decía a Timoteo en su segunda carta… ” El momento de mi partida es inminente. He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he man¬tenido la fe. Ahora me aguarda la corona merecida, con la que el Señor, juez justo, me premiará en aquel día...” Te diré que durante muchos días le pedía a Dios nuestro padre que te ayudara a llevar tu cruz y que les diera fuerzas a las personas que te cuidaban, pero ya ves, seguro que le haría falta un buen electricista y además que fuera buena persona y te ha llamado a ti.
ResponderEliminarNo he podido asistir a tu entierro pues me encontraba de verea y paradojas de la vida por el Camino de Aníbal muy cerca de tu querido Villamanrique. Pero estoy tranquilo pues sé que me seguirás por el Facebook mis correrías por esos caminos de la trashumancia.
Te recordaré en los días que pasaste en Segura comentando a Julián desde mi patio empedrado que las luces que se veían en el horizonte eran de la Puebla del Príncipe mientras nos comíamos unos gajos de uvas del parral y el cordero Segureño a la miel.
Ahora te queda velar por tu familia en el cielo, al menos yo así lo creo, y proteger a tu querida esposa Juani.
Amigo me despido; tu combate ha sido duro, muy duro, pero les has dado una lección de coraje y fe a la vida a muchas personas. Un abrazo.
Tu amigo Miguel.
Nosotros queremos unirnos a la familia de esta persona que conocimos a través de lo que escribia por que no tuvimos la suerte de verlo nunca,mi abuelo y yo siempre le seguimos y lamentamos mucho su pérdida,aquí quedará para siempre su legado en forma de poemas que nos ayudaban y ayudan a comprender el por que hay que seguir luchando,nuestro mas sentido pésame,le echaremos mucho de menos.
ResponderEliminarHay blog a los que te acercas y acabas pronto y en otros quedas enganchado desde el principio, yo llegué tarde y me quedé para cada cierto tiempo ir siguiendo lo que Antonio tenía que decirnos, solo puedo decir a su familia que siento muchisimo su perdida, que me habría encantado conocerlo, y lo dicho que ya lo voy echando de menos, un abrazo de Martín.
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