Fotografía cedida por Miguel Felguera.
Tenía ganas de hacer un pequeño homenaje, un recuerdo, tal vez un poema para un hombre que para mí es un gran olvidado de Villamanrique, ya que hizo mucho por nuestro pueblo y poca gente lo recuerda.
Hoy le dedico este poema a Antonio Muñoz Campos, más conocido como Antonio el Cabezón, el último campanero. También fue pregonero y avisaba por todas las casas del pueblo cuando había Misa de cabo de año de cualquier persona que había fallecido el año anterior. También hacía los toques diarios que se hacían entonces: Ángelus a las doce de la mañana y a vísperas a las tres de la tarde. Si había fuego, también lo anunciaba con las campanas y la gente acudía para contribuir a apagar el incendio.
Le recuerdo también por las esquinas pregonando si alguien perdía algo y otras cosas.
"Antonio, que Dios te tenga en su Gloria,
ya que tu pueblo no te tiene en su memoria.
Fue el último campanero que tocaba
por la mañana a las doce el Ángelus,
y rezaban mayores y juventud
a las tres por la tarde a vísperas,
se iban los trilladores a las eras
tocaba también si había incendio
y todo el pueblo acudía corriendo,
en los fríos inviernos nevaba mucho
también tocaban las campanas
para que la gente se orientara
de donde estaban los pueblos.
Recuerdo cuando hacía los pregones
decía el pregón por las esquinas:
"si alguien se ha encontrado una cartera
que me lo diga y le darán una propina"
Lo enfadaban a veces los chiquillos,
le decían tonto y respondía con un
chascarrillo:
"Hay tontos, que tontos nacen
y otros que tontos son,
otros que vuelven tontos
a los que tontos son"
30 de diciembre del 2017.
