Se va aproximando San Miguel,
empieza ya todo el preparativo,
dedico este poema para él
y a sus fiestas lo que escribo.
Quiero agradecer también,
el trabajo de los vaqueros,
porque si el encierro no salió bien,
no fue culpa de ellos, ni de ganaderos.
Todos conocemos a las vaquillas,
y que a los vaqueros le sobran
lo que se le echa a las tortillas,
hay quien dice que cobran.
A más de uno me gustaría,
verlo a las seis de la mañana,
piensear y revisar la ganadería
durante la fiesta, toda la semana.
Les viene de maravilla,
lo del caballo de Espartero,
a esa unida cuadrilla
que son nuestros vaqueros.
Los que limpian las calles
también se sacrifican,
en las fiestas hay muchos detalles
que no se cuantifican.
¿Qué haríamos sin los feriantes?
Familias como el "Tiro Manolo",
los bares de la calle Cervantes,
seguro que estaría el pueblo solo.
Ya son como de nuestra familia,
tantos años llevan ya viniendo,
que alguno igual va y se domicilia
aquí, por lo que estoy sintiendo.
Deseando que llegue la fiesta,
aunque por la noche no duermo,
por las vacas, no echo la siesta,
aguanto por el café del termo
y por el whisky con agua,
los vinos del mediodía,
y no me voy a la casa antigua
a pesar de que está vacía.
Estos días forzamos el organismo
y quitamos peso al bolsillo,
pero eso me da lo mismo,
disfruto como un chiquillo.
A pesar de mis sesenta,
vivo mi segunda juventud,
llegué a ellos sin darme cuenta,
pero en máxima plenitud.
Bueno, terminado ya está,
otro poema que monto,
aunque me lleven a la portá,
otra nota que me diga tonto.
Eso no me desmoraliza,
por el contrario me da moral,
también me responsabiliza,
me obliga a tener que mejorar.
Felices Fiestas a todos los villorreños,
os deseo con todo mi corazón,
escribo hasta en mis sueños,
porque San Miguel es mi razón
y el motivo de mi inspiración,
me abre la mente para que explique
que vacas y toros son mi afición.
¡Qué viva Villamanrique!
Y
¡VIVA SAN MIGUEL!
Mi agradecimiento a Miguel Felguera por cederme la fotografía.
